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El Principio y la edad de Bronce

Civilización Minoica. Denominación que le fuera otorgada por los historiadores en honor al legendario Rey Minos.

Se dice que floreció en Creta (la isla feliz) y alcanzó su esplendor a mediados de la edad del bronce (2000 -1450 a.C), allí prosperaron Cnossos y Festo ciudades que se destacaron en la vida de este pueblo.
La civilización minoica fue una raza pacífica, cómoda, nacida para el arte y la vida feliz, ya que vivía en una atmósfera de seguridad que les ofrecía su isla defendida por el mar; y como prueba de ello se lee este espíritu en sus edificios, grandes palacios construidos escalando libremente la rugosidad de la geografía disponiéndose como una sucesión de piezas entorno a un patio central, el cual ordenaba esta suerte de magnifico laberinto.
Las residencias (palacios) cretenses resolvieron con eficacia el almacenamiento de los productos naturales y manufacturados, en ellos había depósitos con gigantes tinajas (llamadas pithoí) cuya material de construcción era la arcilla, muchos de estos recipientes llegaban a tener casi dos metros de altura y su función era la de contener: aceite, vino, arvejas, garbanzos y porotos.
Ya para el 3500 a.d.C. en el palacio de Cnosos existían cuatrocientos de estos pithoí con una capacidad de 75.000 litros.
Para ubicarnos espacialmente estos recipientes estaban alojados en “cuartos almacenes” que se disponían a lo largo de un corredor. Dentro de cada almacén las tinajas eran colocadas en dos hileras paralelas a las paredes dejando un pasillo central donde se alojaban una gran cantidad de cofres de piedra para guardar materia prima de calidad, como por ejemplo: marfil, oro y plata.
En cuanto a otros productos como los cereales se almacenaban en depósitos subterráneos con forma circular.
Pero no solo la función de estas magnificas residencias era la de almacenar, también existía dentro de ellas grandiosos talleres artesanales dedicados a la fabricación de ánforas pétreas, exquisita cerámica, lámparas de aceite y sellos de identificación, objetos que eran muy buscados por los comerciantes de la región.
La población de los palacios debió ser muy variada: obreros libres, otros esclavos, verdaderos artistas y creadores que fueron refinando sus gustos hasta culminar con el maravilloso arte llamado “palacial”. Pero no solo se desarrollaron la cerámica y la pintura, también otras actividades alcanzaron un magnífico grado de exquisitez y refinamiento como la metalurgia, la orfebrería, el tallado de madera, la tintorería, el tejido y teñidos en púrpura de prendas, todo productos que fueron muy famosos y distintivos en la época, prueba d ella eran las importaciones que hacían el oriente y Egipto en otras regiones.
Retomando la información sobre los palacios tanto el de Cnosos como los provinciales constituyeron los centros vitales de la economía minoica. El rey-sacerdote era el principal exportador de la producción de los palacios pero también de las recibidas de sus súbditos, mercadería que era difundida y distribuida por un gran organización de comerciantes marítimos denominados carreteros.

Arte Minoico
Misteriosas estatuillas del Egeo. Más de cuatro mil años atrás, en las islas Cícladas griegas, algo extraordinario comenzaba a ocurrir. En el período remoto que los especialistas en prehistoria designan con el nombre de Edad de Bronce, los pobladores locales fueron capaces de crear una gran cantidad de esculturas en mármol con un diseño abstracto y despojado, de mucha simplicidad, que hoy impacta interesantemente por sus extraordinaria similitud con las formas mas avanzadas del arte occidental contemporáneo, en especial con trabajos escultóricos de Picasso y Modigliani, con sus largos cuellos y esquemáticos rostros en formas de óvalos.
Las enigmáticas estatuillas de las Cícladas (islas del mar Egeo) fueron descubiertas a fines del siglo XIX, cuando empezaron a emerger la primeras en la islas de Creta.
En un comienzo las estatuillas eran consideradas como mera curiosidad, formas primarias del cuerpo humano cuya simplicidad era atribuida a un trabajo incompleto del mármol.
Mucho no podemos saber de estas hermosas figuras ya que en 1950, un grupo de saqueadores descubrió en la pequeña isla de Keros un enorme yacimiento de de esculturas. Los saqueos se llevaron a cabo mediante la noche y sin menor recaudo científico. Así, muchas piezas fueron dañadas y, por otro lado no se dejo registro alguno de donde fueron encontradas, lo que hubiera permitido sus estudio.
Todas las esculturas robadas fueron vendidas en sumas millonarias a inescrupulosos coleccionistas privados.
Hasta hoy sigue el enigma sobre las estatuillas, pues no sabe si eran utilizadas para ceremonias fúnebres o religiosas.

El arte minoico está representado principalmente por sus tallas y su cerámica pintada, y no es hasta el año 1500 a. C., durante el gran «período de los palacios», que vemos algún tipo de pintura (generalmente ésta ha llegado hasta nosotros en fragmentos). Aunque se aprecia cierto grado de estilización egipcia en la repetición esquemática de la figura humana, por ejemplo, las representaciones minoicas revelan un naturalismo y una flexibilidad ausentes en el arte egipcio. Los minoicos se inspiraban en la naturaleza, y su arte tiene un sorprendente grado de realismo. Era una civilización marinera, y sus pinturas reflejaban su conocimiento de los mares y de los animales marinos, como por ejemplo los delfines.
Otro tema recurrente en el arte minoico es el de la tauromaquia, un ritual que se cree tenía alguna conexión con la religión.
Estudiando los arqueólogos el arte minoico, fueron ellos lo que definieron tres fases:
Minoico antiguo, Minoico Medio y Minoico Reciente.

Minoico antiguo: el principal desarrollo se produce en las cerámicas, las que se caracterizan por dibujos lineales con formas en espiral, triangulares, curvadas y de cruces.

Minoico Medio: en éste período la fuente de inspiración es el mundo marino donde se toman los diseños más imaginativos y naturalistas de peces, calamares y delfines.

Minoico Reciente: en el último período se pasó del exclusivismo del mundo marino al mundo vegetal y animal terrestre recreando en sus diseños las flores y animales, volviéndose más simples y geométricos. Esta impresión artrítica está plasmada en los frescos de los palacios lo que del algún modo definió este arte con el nombre de “arte palacial”.
No es errado entonces decir que admirada en el mundo antiguo, la cerámica minoica fue copiada en todo el Egeo e incluso exportada a Egipto y al Próximo Oriente.

Las identificaciones personales el mundo pre-helénico.
Así como en la actualidad todas las personas contamos con un número de documento y firma que nos identifica, el hombre cretense también poseía una identificación personal, “su sello”, que hacía de cédula de identidad, y el cual estaba confeccionado según la posición social y características de propietario. Casi siempre en el caso de las personas ricas los sellos eran de metales costosos con exquisitos diseños que hacían alarde del más refinado arte minoico; en cambio las personas comunes del pueblo tenían estas identificación pero realizadas en tallas de piedra, de barro cocido o madera.
En ambos sectores sociales los diseños eran muy variados y los más frecuentes representaban: un barco, un arbusto o algún animal del mundo marino (ejemplo los pulpos), siendo este último recreado con mucha imaginación y con mayor frecuencia en los motivos minoicos.
El uso que se le otorgaba a dichos sellos era muy similar al que hoy le otorgamos a nuestra firma personal; se pude decir que tenían el mismo significado. Por lo general se acostumbraba a imprimirlos sobre material blando (arcilla cruda), y resultaba infaltable en las transacciones comerciales, al momento de cierre de los paquetes que contenían las mercaderías.
El procedimiento de utilización era muy sencillo, se colocaba una bolita de arcilla cruda sobre la cual se presionaba con el sello, dejando así la identificación del comerciante que hacia el despacho, y a su vez también servía en estos casos como un verdadero cierre hermético.
Civilización Micénica
Con la llegada en el 2000 a.C. de pueblos indoeuropeos a la región del mar Egeo, comienza un gran proceso migratorio que durará por varias generaciones. Aún hoy los investigadores no han podido determinar si por la época, los Jonios, Eolios y Aqueos ya estaban diferenciados en etnias.
Micénas fue el nombre de la ciudad principal, y se dice que esta civilización floreció entre los años 1650 y 1125 a.C. en la fértil región del Argólida.
En la actualidad no se ha determinado el motivo por el cual el pueblo micénico paso de su vida rural a una cultura urbana, guerrera, rica y poderosa. Muchas de estas características se suponen debido la observaciones de los encuentros que se realizaron de numerosas tumbas reales que datan de 1600 a.C., en ellas se rescataron del silencio del pasado: ajuares, magníficas representaciones de batallas y guerras, joyas, máscaras funerarias de oro y un sin fin de elementos procedentes de Creta minóica, quienes habían influenciado mucho en la cultura de los micénicos.
Con el tiempo las primeras tumbas fueron remplazadas por los Thólos, nuevas moradas reales luego de la muerte.
Los Thólos estaban organizados por una gran plazoleta circular escarbada en la vertiente de una colina, donde era posible llegar por medio de un corredor llamado "dróno". A su vez la plazoleta estaba techada por una falsa cúpula que configuraba un recinto cerrado donde se hacía el ritual fúnebre. Próximo a este espacio se localizaba la cámara con los restos del difunto.
La ciudad micénica. En la parte más alta sobre la localización geográfica en que se asentaba el poblado, se encontraba el Megarón y entorno a este los principales edificios como ser: casas de los altos funcionarios, templos y almacenes.Por otro lado las viviendas de la población común se ubicaba en la parte baja de las ciudadelas.
La ciudad estaba protegida por inmensas murallas con algunas puertas de acceso (las de los "Leones" en Micénas), siendo inexplicable en la actualidad como fueron construidas.
Según un vieja historia las murallas era una obra de los míticos Cíclopes, quienes así protegian la ciudades.
Troya y Micenas. Hacia 1260 y 1250 a.C. la civilización micénica emprende de la mano del gran Rey Agamenón una conquista de nuevas regiones. Troya rica y poderosa caerá así ante los ejércitos conquistadores, y será quemada y destruida perdiendo su poderío en el Helesponto (actual estrecho de Darmercio).
Poco tiempo después las ciudades Micénicas sucumbieron ante la llegada de nuevos pobladores que poseían armas de hierro, trayendo con esto la arcaica oscuridad de una época.